En la noche te ví, apareciste en la orilla de la playa como una sirena, me mirastes, me sonreistes, produciendo en mi unas ganas incontrolables de comerte el coño y solo si tu quisieras, con mi falo ensuciarte tu dulce cara, pero tu solo jugabas y ahora tus santos se orinan sobre mí.
De ellos me embriago, me hundo en la arena y decido antes de acabar a dos metros bajo tierra...que coño me tomo la penúltima en el bar.
De ellos me embriago, me hundo en la arena y decido antes de acabar a dos metros bajo tierra...que coño me tomo la penúltima en el bar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario